Los antiguos (sabios en muchos aspectos) dividieron la ronda zodiacal en doce constelaciones, y asignaron su nombre a los doce sectores del Zodiaco.

LAS CONSTELACIONES

Esta denominación indica una correspondencia simbólica, no real, ya que las diferentes constelaciones ocupan un espacio mayor o menor de treinta grados, que son los que tiene cada espacio zodiacal. Además, sus posiciones a ojos del observador terrestre, se mueven continuamente en un lentísimo desplazamiento rotatorio; es el movimiento más lento de todos los considerados en Astrología.

El comienzo del Zodiaco coincide con el equinoccio de primavera (punto Vernal) y al primer sector se le denomina Aries. En la actualidad, la constelación de Aries ya no brilla bajo el Sol desde el 21 de marzo hasta el 20 de abril.

En los últimos dos mil años, su posición ha sido poco a poco ocupada por la constelación de Piscis, y poco a poco el primer grado del Zodiaco coincidirá con el vigesimonoveno de Acuario.

Este desplazamiento aparente de las constelaciones se debe a la ligera inclinación del eje terrestre, que produce muy lentamente un desplazamiento real del punto Vernal. Tal fenómeno se llama precesión de los equinoccios. Cada dos mil ciento sesenta años, el punto Vernal pasa de un sector zodiacal a otro, y cada veinticinco mil novecientos veinte años cumple un ciclo completo volviendo al comienzo. Por lo tanto, este punto Vernal se halla en cada grado del Zodiaco durante sesenta y dos años aproximadamente. Todo esto se conocía desde la antigüedad.

Los astrólogos están convencidos de que cada periodo bimilenario está influido por las características del sector zodiacal por el que está pasando el punto Vernal; características que corresponden a la posición ocupada por tales constelaciones en la secuencia ideal de Zodiaco.

En otras palabras, se supone que la constelación de Acuario, cuya presencia sobre ese punto Vernal es ya inminente, tiene la influencia atribuible a este signo. Así como en los dos mil años precedentes, tuvo influencia la constelación de Piscis, y así sucesivamente.

Se plantea así el problema de establecer cómo y por qué se fijó la secuencia ideal de Zodiaco, que comienza con Aries y acaba en Piscis. Parece lícito proponer la hipótesis de que las constelaciones fueron incluidas en un esquema numérico preestablecido, y no que este esquema se haya obtenido a partir de las constelaciones.

Pero son sin duda, y se demuestra de forma empírica de muchas maneras, los sectores zodiacales y no las constelaciones las que afectan a los cuerpos celestes, y ellos al ser humano y a la humanidad. Es como una banda de diferentes energías que se va desplazando con la inclinación de la tierra por el espacio, condicionándonos.

Hay que decir que el desplazamiento de este eje terrestre, se realiza en sentido inverso al de todas las rotaciones zodiacales; es por ello que el punto Vernal retrocede a lo largo del Zodiaco en vez de avanzar.

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