CARTA DE AMOR A ESCORPIO
Disfruta de este texto lírico que se convierte en una carta de amor a Escorpio.
ESCORPIO
Los ocres y los rojos velan tu sueño y yo intento entrar en tu reino de visiones que nacen y mueren, pero no siempre me dejas. Quisiera acercarme a ti sin ser una nueva sombra o un ocaso. Quiero llevar mi luz en la mano y ofrecerte pasión y compasión. Creo que has olvidado el placer de jugar sin que esté tu orgullo en juego, ni que una daga te obligue a ganar y quiero enseñarte a reír sin huir, a mirar sin buscar, a nadar en un río de olvido que te haga ser de nuevo niño y ver como tus ojos brillan.
Compites desde lejos, desde una indiferencia febril que aúna lo bueno y lo malo. Tus secretos son reflejos, tus artes… punto y aparte. Te veo morir muchas veces consumido por un deseo diferente; alguna bruja oscura te dijo que no eres suficiente. Por eso quieres atraer a ti cielos e infiernos, rizos de niña y miradas de rapaz, truenos y sones de guitarra.
Tu corazón es un Ave Fénix que quiero abrazar suavemente, antes de que se convierta en guerrero con espuelas de vanidad y espada sagaz, forjada en los altares del tiempo con verdades de acero. Nube roja de agua sagrada que trasforma lo que moja, piedra filosofal que mira hacia adentro, lucero que no puede evitar ser cruel con la noche.
¡Encuéntrate en ti!. Si quieres jugaremos otra vez al ajedrez, pero con justicia; esta vez déjame que cuide las piezas que has desechado y que ya no están en el tablero; tal vez tenían algo que decirnos sobre cómo ejercer el poder sin perder, de cómo encontrar el camino más corto hacia el triunfo, casi sin movernos…
Quiero saber cómo acarician tus manos, dónde llega tu aliento y cuál es el lamento que habita en tu pasión. A mí me verás sin coraza ni escudo, desatando todos mis lazos, abandonándome en una rivera por la que todo fluye. Tus ojos ven fácilmente en mi corazón; por eso me gustaría que vieras el fulgor de mil estrellas que estallan en mi pecho cuando te veo y cómo siento un mar cálido meciéndose en mis venas.
Desearía, si pudiese, que tu alma se abrazase a la mía, queriendo darse, más que buscando poseer. Así seremos los mejores amantes que haya conocido el tiempo, nos disolveremos hacia lo profundo, buscando el significado de la vida y nos elevaremos hacia lo alto para consagrarlo. Sé que sabes combatir y luchar. Te presentaré un dragón de muchas cabezas de nombre Soberbia, al que puedes convencer con tu hipnótica mirada de que es un niño mal criado y mal querido, que piensa que el mundo gira solo para él.
Siempre estoy contigo; aunque no te vea, te siento. Cuanto más me entrego a ti más libre soy. No sientas celos del aire porque también es tuyo. No me río con otras personas por hacerte daño, sino por expandir la felicidad que me has dado. Te pediré que cantes dos canciones a la vez. Ríete, todavía estás a tiempo.