CARTA DE AMOR A ACUARIO
Disfruta de este texto lírico que se convierte en una carta de amor a Acuario.
ACUARIO
Cien cigüeñas de agua cabalgan hacia el horizonte de aquí al lado, me has dicho esta mañana tan temprano que no supe qué contestarte ni qué preguntar. Quisiera que supieses que quiero ser tu camarada, tu solaz y tu viento. Me gusta ver cómo haces de la amistad un amor sin mas interés que nutrirse de sí mismo, sin más designio que el respeto y sin más ley que la comprensión y el compartir.
Quiero servir en tus causas, unas perdidas y otras ganadas, pero siempre luchadas con ahínco, por ti y por los demás, por esto te quiero más. Sabes no solo ponerte en el lugar del otro, sino calzarte sus zapatos, ponerte su sombrero y entender de verdad su mente y su corazón; por eso tanto te quiero.
Sé que buscas la verdad, la ida y la vuelta y no te paras en lo que parece o en lo que perece, sino que abres tu mente a más, hacia lo profundo y hacia lo ancho, hasta que sabes lo que comprendes y no te lo quedas solo para ti; lo ofreces generosamente, como el Sol.
De tu mirada salen extrañas luces que me invitan a soñar con un futuro posible, lleno de inventos, en el que llueven notas musicales de colores, hay hogueras de sabiduría en las que se conocen todas las cosas buenas y en los parques, niños telépatas juegan al ajedrez.
Tu originalidad y tu sentido del humor hacen que mi cabeza de vueltas. Me maravilla cómo observas las cosas desde ángulos tan diferentes que siempre me aportan algo. Quiero corresponderte dándote pasión, ternura y un corazón lleno de promesas. Sé que a ti te mueven otros vientos, que no es tu música el tintineo de las monedas, ni buscas en la apariencia nada parecido a la ciencia.
A veces creo que lo que te impulsa a revelarte es muy parecido a lo que te hace ser. Espero que no confundas la justa reacción ante la injusticia, el despotismo y la arbitrariedad, con la oposición sistemática. Te costará mucho ser río que fluye hacia arriba. Cuando quieras ser original, que sé que te encanta, vuelve hacia el origen; en él encontrarás el punto de partida y la meta. Piensa en uno, mejor que en dos.
Quiero nadar contigo en un estanque dorado, lleno de peces de conocimiento. Cada uno nos cantará una canción diferente que nos dé la pista de ese misterio que tanto buscamos, que está más cerca de nosotros que nuestra respiración. Llamaré al pez del amor para que me diga cómo he de tratarte para que tu sonrisa se mantenga, tu entusiasmo brille y una inmensa serenidad nos alcance.